La aerotermia es uno de los conceptos más en boga cuando hablamos de eficiencia energética y de energías renovables. Y, aunque no se destaca como una de las formas de ahorro energético más conocidas, sí merece la pena analizarla por sus ostensibles beneficios.
La aerotermia es un método de climatización que está basado en extraer energía gratuita del aire exterior a través de una bomba de calor de alta eficiencia. Una energía renovable disponible las 24 horas del día. Lo que hacen estas máquinas– en este caso y en cualquier otro – es extraer energía de un lugar para cederla a otro. Por ello, a la hora de instalar este método de climatización, vamos a necesitar – como ocurre con el aire acondicionado – de una unidad exterior y una o varias unidades interiores conectadas a ella.
Sin embargo, la aerotermia difiere del aire acondicionado, pese a sus similitudes en su instalación y disposición. En este último sistema el aire es utilizado para calentar o enfriar los locales o recintos que queremos climatizar, lo que se consigue a través de un líquido refrigerante. En la aerotermia, lo que sucede es diferente. Se trata de un sistema aire-agua, en el que la bomba de calor recoge el aire exterior y extrae de él su energía para cederla al agua caliente sanitaria o al sistema de calefacción.
«Uno de los sistemas más baratos»
A muchas personas les resulta curioso cómo puede extraerse energía del aire exterior incluso durante los meses de invierno. Lo cierto es que el aire exterior dispone siempre de una cantidad de energía, aunque en ocasiones sea pequeña. Ésta es absorbida por el refrigerante que se encuentra dentro de la bomba de calor y que fluye por el circuito entre la unidad exterior y la unidad o unidades interiores, por lo que siempre se obtiene calor (aunque con mayor o menor eficiencia, según la temperatura).
Este sistema sobresale como uno de los más eficientes en términos de consumo. Cabe resaltar que es más eficaz cuanto mayor sea la temperatura exterior, por lo que puede ser una tecnología limpia ideal para calentar el agua que vamos a emplear en la ducha en las zonas más calurosas.
La aerotermia obtiene importantes ahorros si se compara con otros sistemas en cuanto a la producción de calor y al agua sanitaria. Si bien esto dependerá de las condiciones climáticas de la zona del sistema de calefacción, sus ventajas son numerosas. Así, permite una mayor eficiencia con unos costes de explotación muy bajos y tiene un ahorro máximo cuando la vivienda dispone ya de suelo radiante o radiadores de baja temperatura.
Otra de sus ventajas es que la instalación es realmente fácil y puede realizarse en cuestión de horas, ya que como el aire acondicionado, sólo precisa de una unidad exterior y de una o varias unidades interiores. Así mismo, no requiere de ningún tipo de chimenea de evacuación de humos por lo que, además, es bastante positivo para el medio ambiente en términos de emisiones de CO2.
En lo relativo a los inconvenientes de la aerotermia, están los costes relativamente altos de la instalación o el hecho de que debemos – como sucede en el aire acondicionado – instalar en el exterior una unidad con el consiguiente daño estético que puede conllevar y la posible emisión de ruidos molestos. Además, como ya hemos señalado, la eficiencia de este sistema en las zonas climáticas muy frías es realmente limitada en comparación a los excelentes resultados que obtiene en las áreas climáticas más calurosas. Por todo ello, en casos en los que la vivienda se sitúe en lugares con temperaturas no muy frías, la aerotermia puede considerarse una de las mejores opciones de cara a climatizar nuestro hogar.