Hablar de auditoría energética es hablar, forzosamente, de la directiva europea 2012/27/UE aprobada en 2012 que estipulaba que todas las grandes empresas debían realizarla a los inmuebles antes de que acabase el año 2015.
Podemos definir una auditoría energética como un estudio que se realiza de forma exhaustiva y que busca establecer y examinar cuál es la eficiencia energética del inmueble y cómo puede ahorrarse en términos energéticos haciendo, tras el análisis, un plan de viabilidad técnico-económico en el que vienen registradas las acciones que pueden emprenderse. Este plan, fruto de la auditoría, es el resultado del análisis de los diversos consumos energéticos del inmueble. En función de los resultados de este análisis, se determinará qué acciones deben emprenderse para poder reducir el consumo energético, el coste de mantenimiento y cómo mejorar la rentabilidad económica.
Así, durante una auditoría energética, los expertos – que son expertos auditores imparciales e independientes – evaluarán una serie de elementos como los sistemas de refrigeración y calefacción, las superficies, los aislamientos, los índices de transmitancia térmica y otros parámetros que, sumados y ponderados, pueden establecer una calificación del edificio y pueden, en su análisis independiente, establecer qué medidas deben tomarse para mejorar el rendimiento energético del inmueble.
Una auditoría energética analiza una serie de parámetros
Más en profundidad, tras el análisis individual de los parámetros estudiados se propondrán acciones específicas en cada uno de ellos:
- Datos generales y consumos: se trata de los grandes datos generales de la actividad empresarial, así como los suministros y consumos, incluyendo elementos como la potencia contratada.
- Análisis de la red eléctrica: este análisis se realiza efectuando una monitorización energética de toda la red eléctrica para comprobar su estado y calidad.
- Envolvente: se trata del análisis de sus características y el cálculo de la transmitancia térmica en los cerramientos y los puentes térmicos a través de la elaboración de termografías.
- Iluminación: en este capítulo los peritos realizan un inventario de lámparas y luminarias a través de herramientas como el luxómetro.
- Climatización, renovación de aire y ACS: se trata en este apartado de realizar un análisis al detalle de todos los equipos de generación y sistemas de distribución del aire acondicionado.
- Equipos eléctricos y térmicos: inventariar y analizar todos los equipos eléctricos de climatización y ventilación; así como calderas, bombas (de agua potable y de calefacción), equipos de ofimática, equipos de la cocina y demás.
- Control y gestión de los equipos: en este apartado se trata de poder conocer y obtener los datos de los sistemas de control como puede ser el control de la calidad del aire y el control de temperatura ambiente.
- Energías renovables: se trata de recoger los datos de las instalaciones solares térmicas si las hubiese, de las instalaciones solares fotovoltaicas, de las instalaciones minieólicas o de las minihidráulicas.
- Equipos de agua: extraer los datos de los equipos de consumo de agua fría y agua caliente.
- Gestión energética: obtener los datos de la gestión energética actual, datos del uso del edificio relevantes.
Una auditoría energética puede realizarnos propuestas de mejora
Así, con todos los datos y términos analizados anteriormente, la auditoría energética puede realizar un conjunto de propuestas técnicas como podrían ser las siguientes:
- Recuperación del calor residual en ventilación.
- Utilización de sensores de calidad ambiental para la renovación higiénica del aire.
- Estudio lumínico para reducir y reubicar las luminarias.
- Utilización del sistema de energía solar para la obtención de agua caliente sanitaria.
- Integración de sistemas de aprovechamiento de energías renovables.
- Generación eléctrica a partir de energía solar (energía fotovoltaica).
- Utilización de elementos para el control solar en superficies acristaladas.
- Implantación de un Sistema de Gestión de la Energía.
- Formación y sensibilización sobre el ahorro energético.
- Optimización en la contratación del agua.
- Mejora de los aislamientos térmicos de la envolvente del edificio; fachadas, cubiertas, ventanas y lucernarios.