Tras unos años de dominio de otros materiales como el PVC y el aluminio, la madera está volviendo con fuerza a ser utilizada para la fabricación de carpinterías exteriores en ventanas y puertas. Sus cualidades estéticas, junto con la corriente actual de optar por materiales naturales y sostenibles, la convierten en una opción fantástica para nuevas edificaciones y reformas de viviendas.
La madera, como material para la fabricación de ventanas, cuenta con la gran ventaja de ser un excelente aislante térmico. No obstante, también se trata de un material que requiere de un mantenimiento periódico para conservarse en condiciones óptimas y evitar que se pierdan prestaciones.
¿Cuándo restaurar tus ventanas de madera antiguas?
La decisión de restaurar tus ventanas de madera antiguas o decantarte por sustituirlas por unas nuevas no es baladí y ha de depender de los siguientes factores:
Estado de deterioro
Lo primero que conviene hacer antes de restaurar unas ventanas de madera antiguas es comprobar la salud de la madera y verificar que las partes expuestas al exterior se encuentran en buen estado. Así mismo, será fundamental, cerciorarse de que las hojas se ajustan correctamente a los marcos. Cuando las ventanas son relativamente nuevas o han sido poco maltratadas por las inclemencias meteorológicas (frío, lluvia, sol…), lo más probable es que su restauración sea factible y tan sólo consista en pulir, pintar y barnizar. En caso contrario, la restauración será compleja e incluso podría llegar a no ser aconsejable.
Tipo de vidrio
Gran parte de las ventanas de madera antiguas vienen equipadas con vidrios simples, cuyas prestaciones a nivel de aislamiento son muy inferiores a los actuales sistemas de doble acristalamiento. Y es que, más allá del aspecto estético, las ventanas cumplen un papel vital en términos de ahorro de energía en calefacción y refrigeración, en la mejora del aislamiento acústico y en el incremento de la seguridad de la vivienda. En el caso de ventanas de madera antiguas con vidrio simple, habrá que medir el grueso de las hojas para saber si tenemos suficiente espacio para adaptarle un cristal con cámara.
«Cuando las ventanas estén descuadradas, no den la opción de poder cambiar su cristal o tengan graves problemas de aislamiento, lo más recomendable es optar por sustituirlas al completo.»
El coste
Ponderar el coste de restauración de las ventanas frente a la compra de unas nuevas, es siempre recomendable. Si para la restauración bastara con pulir y pintar, restaurar será una buena opción de ahorro a corto plazo. En caso de que la restauración además exigiera la adaptación de la ventana para poder incorporar vidrios dobles con cámara, la diferencia el precio se acercaría bastante a la compra de unas nuevas.
«Aunque restaurar una ventana suele ser más económico que cambiarla por una nueva, no siempre se consigue un resultado óptimo en términos de aislamiento térmico y acústico. Esto, además de generar problemas de confort en el interior de la vivienda, supone también un importante incremento de las facturas energéticas del hogar (luz y gas) a largo plazo.»
Ventanas con valor histórico/artístico
Las ventanas son un componente fundamental de una fachada. En harás de proteger el rico legado histórico de nuestro país, buena parte de las fachadas de multitud de edificios con valor arquitectónico están protegidas por ley. Cualquier reforma a realizar sobre ellas o cualquier de sus elementos, incluidas las ventanas, ha de contar con la correspondiente autorización administrativa y suele conllevar la obligación de respetar su estética. En estos casos, la opción de instalar ventanas nuevas será inexistente, y la restauración será imperativa. En el mejor de los casos se podrá optar por realizar una réplica de las mismas.